jueves, 8 de noviembre de 2012
Otra clasificación de modos de la ventilación mecánica
Los ventiladores
mecánicos actuales permiten diferentes modos de ventilación y mayor información
tanto del estado del paciente así como del ventilador mismo. Igualmente,
permiten una gran variedad de modos de ventilación.
En el ciclo
respiratorio con ventilación mecánica se distinguen tres “variables de fase”:
- Variable de trigger o disparo
responsable de iniciar la inspiración. Este trigger puede ser de presión,
flujo o tiempo.
- Variable de ciclado cuya función es
finalizar la inspiración para dar lugar a la espiración. Puede ser de
volumen, presión, flujo o tiempo.
- Variable de control o limite cuya misión es la de controlar la entrega de gas y es la responsable de interrumpir la entrada de gas si se excede un valor prefijado de presión volumen o flujo.
En función de cómo se termine o limite la entrada del
volumen corriente en el sistema respiratorio (variable de ciclado), los modos
de ventilación se pueden dividir en dos grandes grupos: los limitados por
presión y los limitados por volumen. Características principales de ambos:
- Limitados o ciclados por presión: aportan y mantienen una determinada presión durante toda la inspiración; el volumen corriente variará en función de esta presión prefijada.
- Limitados o ciclados por volumen: entregan un volumen corriente determinado, y lo que variará será la presión requerida para insuflarlo, en función de las características mecánicas del sistema respiratorio.
En cada respiración existen unos parámetros variables (presión,
volumen, flujo y tiempo) y otros que son constantes (distensibilidad y
resistencia). Según la variable que controlemos, las modalidades de los
ventiladores también pueden denominarse controladas por volumen, presión, flujo
o tiempo
Los modos de ventilación mecánica también se pueden
clasificar en función de quién realice el inicio de la inspiración (el paciente
o respirador), la terminación de la misma y la interrupción de la entrada de
gas si se excede un valor prefijado en cada ciclo.
Tipos de
respiración en función de quién controle las variables de fase (modelo esquemático).
Variables de fase
|
|||
Tipo de respiración
|
Trigger (inicio
inspiración)
|
Ciclado (final
inspiración)
|
Control (flujo,
presión o volumen det. que no se puede exceder en c/ inspiración.
|
Controlada
|
Máquina
|
Máquina
|
Máquina
|
Asistida
|
Paciente
|
Máquina
|
Máquina
|
De soporte
|
Paciente
|
Paciente
|
Máquina
|
Espontánea
|
Paciente
|
Paciente
|
Paciente
|
De esta manera tendríamos:
- Ventilación controlada (VC): Es el ventilador quien controla todas las variables de fase: libera un número de ciclos pautados, con el volumen (Volumen Control: VVC) o la presión (Presión Control: VPC) fijada previamente, independientemente de los esfuerzos inspiratorios del paciente, así como la duración de cada ciclo (tiempos inspiratorio y espiratorio). Así, en el ventilador se programa tanto la frecuencia como el volumen corriente (en VVC) o la presión (en VPC). Si el paciente no está en apnea o bien sedado y/o relajado puede existir desadaptación con el respirador.
- Ventilación asistida (VA): El paciente "dispara" la máquina al realizar un esfuerzo inspiratorio, y el respirador le “asiste”, le manda un ciclo de aire a presión positiva con el volumen o la presión prefijadas (ventilación asistida por volumen o ventilación asistida por presión, respectivamente). La frecuencia respiratoria la dicta el paciente, y si ésta es alta, dará lugar a un volumen minuto alto y a hiperventilación. La combinación de esta modalidad con la controlada, ha dado lugar a la Ventilación asistida/controlada (VAC), donde el ventilador sensa los esfuerzos inspiratorios del paciente, cuando están presentes, y los asiste liberando un ciclo con el volumen o la presión prefijada, pero también cicla automáticamente en ausencia de estos esfuerzos (se pautan un número de ciclos "controlados").
- Ventilación con presión de soporte (VPS): el ventilador “ayuda” al paciente a realizar sus respiraciones espontáneas. Se pauta una presión positiva, que se alcanza de forma intermitente en la vía aérea siempre que el paciente realiza un esfuerzo inspiratorio. Pero es el paciente el que desencadena cada ciclo y el que lo termina, y el ventilador solo aporta gas hasta alcanzar la presión pautada. Esta PSoporte se puede asociar a otros modos ventilatorios para ayudar a las respiraciones espontáneas del paciente.
Cada una de estas modalidades estará indicada en función de
la capacidad y de la situación respiratoria del paciente. La ventilación
controlada (VC) deberá elegirse en casos de ausencia total del estímulo
respiratorio, con independencia de la causa que lo origine (neurológica,
metabólica, farmacológica).
En los casos en los que el paciente conserve un estímulo
respiratorio normal, sin presentar agitación o taquipnea, el modo de elección
sería la ventilación asistida-controlada (VAC), que permite al paciente
disparar el respirador según su frecuencia propia, manteniéndose a su vez por
la máquina una frecuencia de seguridad que garantiza una ventilación mínima.
Este modo puede suplir la mayoría de las veces la VC ya que
puede asegurar un correcto volumen minuto en caso de no existir estímulo
inspiratorio, a la vez que mantiene activo el trigger que permite al paciente
realizar ciclos propios si llega el caso.
Se ha visto que el mantener la respiración espontánea
durante la ventilación mecánica, incluso en situaciones de insuficiencia
respiratoria severa, es beneficioso para él, y debe ser ayudada y mantenida
mediante modos como BIPAP + PS o APRV, sin esperar a la fase de destete para
ello.
martes, 6 de noviembre de 2012
Algunos modos de ventilación mecánica
·
Ventilación
con presión positiva intermitente (IPPV o CMV): Garantiza al paciente la
sustitución total de la función respiratoria. Se genera por inspiraciones con
presión positiva a intervalos fijos de tiempo, de forma automática. La
frecuencia respiratoria y el volumen son fijos y programados en el ventilador.
Para pacientes sin respiración espontánea.
·
Ventilación por volumen minuto mandatorio (MMV):
Respiración espontánea con adaptación automática de la ventilación mandatoria a
las necesidades de Volumen minuto del paciente. A diferencia de la IMV sólo se
aplica una ventilación mandatoria cuando la respiración espontánea no es aún
suficiente y baja por debajo de una ventilación mínima predeterminada por los
ajustes de Volumen corriente y Frecuencia respiratoria. Puede ser un modo útil
para el destete, como transición entre el soporte total del ventilador y la
respiración espontánea.
Presión
positiva continua en la vía aérea (CPAP): Es un modo de respiración
espontánea con un nivel de presión positiva continua tanto en la
inspiración como en la espiración. No se liberan ciclos mecánicos con
presión positiva. La única diferencia con la respiración espontánea normal
es que la CPAP se realiza por encima de la presión atmosférica, a un nivel
determinado por la PEEP preestablecida. Las únicas variables que el médico
puede pautar son el nivel de presión continua y el trigger. Este modo
puede compensar el trabajo respiratorio añadido que supone el respirar a
través de los sistemas de ventilación mecánica.
Presión
positiva bifásica en la vía aérea (BIPAP): Es un modo ventilatorio a
presión control, con lo que se pautan un número de ciclos, una presión
inspiratoria a alcanzar sobre una PEEP, y un tiempo inspiratorio, que se
realizan si el paciente no realiza ningún esfuerzo inspiratorio. Pero si
el paciente respira espontáneamente lo podrá hacer de forma asistida
(BIPAP asistida) o con ayuda de presión de soporte (BIPAP + PS), ajustando
el ventilador sus ciclos pautados de forma sincrónica.
Ventilación
con liberación de presión en la vía aérea: consiste en pautar dos
niveles de CPAP que se aplican durante periodos predeterminados de tiempo.
Este modo permite la respiración espontánea que sucede en ambos niveles de
CPAP.
En próximas entradas al blog trataré de indagar en más modos de ventilación mecánica tratando de profundizar sobre este tema lo máximo posible.
La bibliografía utilizada se adjuntará en siguiente entregas para evitar la repetición de citaciones.
lunes, 5 de noviembre de 2012
Parámetros de la ventilación mecánica
Los respiradores encargados de la ventilación mecánica son complejos y constan de gran cantidad de parámetros que se deben programar tiendo en cuenta su finalidad y la necesidad de cada paciente de manera individualizada.
Estos parámetros son:
FiO2: fracción inspiratoria o
concentración de oxígeno que se utiliza para ventilar al paciente, debe
prescribirse la concentración más baja que permita el estado del paciente, ya
que una concentración alta de oxigeno puede dar lugar a diferentes
complicaciones en el enfermo. Normalmente se expresa en porcentaje. El porcentaje
de O2 ambiental está en torno al 21%.
Frecuencia respiratoria: número de
respiraciones que se realizan en un minuto. La frecuencia respiratoria varia
principalmente según la edad siendo los recién nacidos lo que presentan un
numero alto de respiraciones por minuto. En el adulto el promedio está entre
las 12 y las 18 respiraciones por minuto.
Volumen corriente o volumen tidal
(Vc / Vt): cantidad de aire (volumen) que es introducido en cada insuflación.
PEEP: Presión Positiva espiratoria
final; consiste en mantener una presión y
por tanto una es el mantenimiento de un volumen al final de la espiración con
el objetivo de abrir los alveolos y evitar el colapso alveolar.
Este parámetro ayuda a la mejora
de la oxigenación, reduce la necesidad de Fio2 y aumenta el número de alveolos
que intervienen en la ventilación. El nivel óptimo de PEEP depende de la
respuesta fisiológica deseada.
El incremento de la PEEP debe
hacerse de 2 a 5 cm. de H2O seguido cada vez que se aumente del control de:
PaO2, PVC, PCP, GC, FC. y diuresis.
Este parámetro también aporta
diferentes efectos negativos sobre el paciente como la disminución del gasto
cardiaco, disminución de la TA, aumento de la presión pulmonar y capilar,
aumento de la presión venosa central, disminución de la diuresis relacionado
con la disminución del flujo renal, disminución de la perfusión cerebral...
Volumen minuto: es el volumen
total introducido en un minuto, por tanto es resultado del producto: Vt x F.
Relación I: E: fracción entre el
tiempo inspiratorio y el espiratorio.
Normalmente se fija en 2:1, ya que
esta es la relación en condiciones normales, aunque en determinadas patologías (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica o asma) se utilizan a veces relaciones invertidas.
Trigger, “disparo” o sensibilidad:
regula el esfuerzo (la presión negativa) que el paciente debe realizar para
iniciar una respiración mecánica; si es escasa el ventilador funcionará en modo
controlado. Normalmente se ajusta entre -0.5 y -1.5 cm de H20. Es importante
ajustar bien este parámetro, de no ser así, el paciente podría estar intentando
realizar inspiraciones sin que las detectara el ventilador, esto daría como
resultado la des-adaptación del paciente a la ventilación mecánica.
Rampa: es el tiempo de aumento de
presión. Se mide en segundos y sirve para variar la intensidad del flujo en el
comienzo de la inspiración.
Patrón de flujo: velocidad a la
que el ventilador introduce el volumen corriente.
Presiones respiratorias: el
ventilador debe ejercer una presión sobre la via aérea del paciente. Esta presión
es la causante de diferentes complicaciones de la ventilación mecánica, por
esta razón debemos monitorizar las presiones que alcanza la vía aérea y
programar las alarmas en los limites adecuados para favorecer los cuidados del
enfermo. La presión alveolar debe estar por debajo de 30 cm de H2O que
corresponde a una presión meseta menor de 35
cm de H2O y a una presión pico menor de 45 cm de H2O.
Bibliografía utilizada:
Academic. Página actualizada 2010. Rusia [internet] Disponible
en: http://www.esacademic.com/dic.nsf/es_mediclopedia/23473/FiO
Diccionario Mosby.
Medicina, Enfermería y Ciencias de la Salud. Ed; Hancourt, S.A. 1999.disponible
en: http://www.esacademic.com/dic.nsf/es_mediclopedia /54633/volumen
miércoles, 31 de octubre de 2012
Pautas ventilación mecánica
La ventilación mecánica en la unidad de cuidados intensivos
es una práctica común. La mayoría de los pacientes que necesitan el apoyo de un
ventilador debido a una enfermedad grave están ingresados en una unidad de
cuidados intensivos. Las personas que necesitan un ventilador por un tiempo más
prolongado pueden estar en una unidad de hospitalización normal, un
departamento de fisioterapia o asistidos a domicilio con las respectivas
visitas del equipo médico a domicilio para controlar la evolución y las
necesidades del paciente.
No siempre usamos la ventilación mecánica para los pacientes
que no respiran absolutamente nada ya sea por un traumatismo cerebral (como un
coma), una lesión medular espinal alta o una gran debilidad muscular si no que
podemos usar un respirador para facilitar el trabajo respiratorio del paciente
(si es paciente puede respirar pero requiere un esfuerzo muy grande) o para
ayudar a los pulmones del paciente a eliminar el dióxido de carbono que han
retenido por alguna razón.
Existen diferentes modalidades de respirador, dependiendo de
la capacidad del paciente para la respiración espontánea y la patología que
haya llevado al paciente a acabar en la UCI, el médico intensivista programará
uno u otro programa en el respirador.
¿Cuánto tiempo se utiliza un ventilador?
Un ventilador puede salvar la vida, pero su uso también
tiene riesgos. Tampoco soluciona la enfermedad o lesión primaria; simplemente ayuda
a mantener vivo al paciente hasta que otros tratamientos resulten eficaces. Los
médicos siempre intentan ayudar a los pacientes a separarse del ventilador tan
pronto como sea posible. El "destete" se refiere al proceso de liberar
al paciente del ventilador. Algunos pacientes pueden estar conectados al
ventilador durante sólo unas pocas horas o días mientras que otros pueden necesitar
el ventilador durante más tiempo. Algunos pacientes nunca mejoran lo suficiente
como para desconectarse del ventilador totalmente.
En definitiva, los pacientes son variables y únicos lo cual
quiere decir que cada enfermo precisa un tipo de ventilación mecánica y un
tiempo concreto conectado al ventilador. Aun así el mismo paciente puede
cambiar sus necesidades de un momento a otro, esto puede significar que después
de encontrarse bien, respirar con normalidad y desconectarlo del ventilador incluso
ex -tubar al paciente, en cuestión de pocas horas puede precisar la intubación de
nuevo por complicaciones como por ejemplo un edema de glotis.
La adaptación del paciente a la ventilación mecánica también
es variable. La conexión a un respirador como tal no causa dolor pero es cierto
que algunos pacientes se sienten incómodos con el TET o con la SNG. Con la ventilación
mecánica invasiva el paciente no puede hablar, no tiene una comunicación plena,
esto supone un problema para los pacientes ya que es complicado atender a sus
demandas por la falta de entendimiento. Muchos pacientes sienten como el oxígeno
entre en los pulmones y les causa una sensación desagradable con lo comienzan
una lucha contra el respirador impidiendo que este realice el trabajo
correctamente. En ocasiones para que la ventilación sea la adecuada los
pacientes son sedados o analgesiados.
Los riesgos más frecuentes que pueden aparecer debido al uso
del ventilador son:
Infecciones: El TET permite a los gérmenes una mayor
penetren en los pulmones más fácilmente. La infección más común en estos casos
es la neumonía. Este problema puede suponer un problema serio para la persona
haciendo que esta tenga que permanecer más tiempo conectada al respirador.
Colapso pulmonar (neumotórax): Debido a que el pulmón este débil
es posible que el paciente llene demasiado de aire el pulmón y por tanto
empiece a perder ese aire que se quedara entre el pulmón y la pared torácica. Este
aire ocupa un espacio que hace que el pulmón pueda colapsarse. En el caso de
que esto ocurra el intensivista deberá drenar el aire para evitar más
complicaciones. El colapso pulmonar puede causar la muerte.
Lesión pulmonar; La presión de introducir aire dentro de los
pulmones con un ventilador puede lesionar los pulmones. Los médicos intentan
mantener este riesgo al mínimo utilizando la presión más baja necesaria. Niveles
muy elevados de oxígeno también pueden ser nocivos para el pulmón por tanto los
médicos sólo administran el oxígeno necesario para asegurarse de que el
organismo recibe lo suficiente para mantener los órganos vitales. En ocasiones
es difícil reducir el riesgo cuando los pulmones están lesionados.
Efectos secundarios de las medicaciones: A veces los medicamentos
sedantes pueden acumularse y el paciente puede permanecer en un sueño profundo durante
horas o días incluso después de haber suprimido el medicamento. Deben
realizarse analíticas constantes para conocer la concentración de estos
medicamentos en la sangre. El equipo médico y enfermero tratan de ajustar la correcta
cantidad de medicación para cada paciente. Los diferentes pacientes reaccionan
de distinto modo a cada medicación.
Soporte vital: En pacientes que están muy enfermos, en ocasiones
el ventilador sólo pospone la muerte. No todo paciente mejora sólo por el hecho
de usar un ventilador. Es difícil predecir o saber con seguridad si una persona
se recuperará con el tratamiento. Si supone un dilema moral el seguimiento de
la conexión al respirador se deberá hablar con el propio paciente si es posible
o con la familia del mismo. Si bien los pacientes
pueden morir aún estando conectados a un ventilador, a veces el ventilador
parece prolongar el proceso de la muerte.
Estas pautas básicas de la ventilación mecánica se han
encontrado en un artículo de la página web: American Thoracic Society.
domingo, 28 de octubre de 2012
Bacteriemia zero
La Agencia de Calidad, en colaboración con la OMS, ha puesto en marcha un proyecto de
demostración a nivel del Sistema Nacional de Salud para la prevención de las
infecciones relacionadas con los catéteres centrales en las unidades de
cuidados intensivos (UCI).
La unidad en la que me encuentro tiene implantado este
proyecto y por tanto se tienen muy en cuenta las medidas de seguridad para
realizar la mayoría de las técnicas que se realizan en la UCI.
El procedimiento para canalizar un Drum, de manera escueta,
en la unidad de cuidados intensivos en la que me encuentro teniendo en cuenta
el protocolo marcado por el proyecto anteriormente es el siguiente:
1.
Información al paciente, en el caso de que esto
sea posible, de la técnica que vamos a realizar.
2.
Preparación del personal.; esto quiere decir:
·
Colocación de mascarilla.
·
Lavado quirúrgico de manos.
·
Bata estéril.
·
Guantes estériles.
3.
Preparación del material:
·
Se cubre mesa auxiliar, o al paciente, con paños
estériles; de esta manera creamos un campo estéril para poder preparar todo el
material que necesitamos.
·
Se coloca el resto de material estéril según el
tipo de catéter que vayamos a utilizar
4.
Preparación del punto de inserción.
·
Se limpia la zona con una solución antiséptica
mediante técnica en diana (en círculos desde el posible punto de inserción. Por
arrastre la zona más limpia será la del punto de inserción).
·
Se prepara el campo estéril.
·
Se solicita la colocación del compresor por
encima del punto de punción.
·
Se localiza la vena a canalizar.
5.
. Inserción del catéter.
Además según el protocolo de “bacteriemia
zero”, toda persona que se encuentre en el box en el momento de la canalización
debe ponerse la mascarilla, el gorro y unos guantes limpios; favoreciendo de
esta manera un ambiente más limpio y aséptico.
La teoría y los diferentes estudios realizados, hablan de la
importancia de la asepsia en cualquier técnica invasiva que realicemos al
paciente. En la práctica, la asepsia es lo más estricta posible, con lo que la
técnica se realiza como ordena el protocolo de actuación.
jueves, 25 de octubre de 2012
Lavado de manos
En los 2 últimos días, se han realizado sesiones acerca del
correcto lavado de manos en la unidad.
La importancia del lavado de manos para evitar la trasmisión
de diferentes enfermedades es igual de importante que la utilización de guantes
para determinadas técnicas, pero en muchas ocasiones no tenemos tan interiorizado
el lavado de manos como la utilización de guantes.
Además de saber cuándo nos
debemos lavar las manos tenemos que realizar una técnica adecuada ya que si no
la eficacia de la higienización de manos disminuye.
Debemos utilizar la técnica adecuada siendo la siguiente;
Con las soluciones hidro-alcohólicas mantener una higiene de
entre 20 y 30 segundos en cada lavado. Aplicar la solución por las palmas de la
mano, friccionar una contra otra y posteriormente pasar al dorso de las manos. Cuando estamos situados en el dorso de las
manos separamos los dedos y friccionamos para extender la solución por los
espacios interdigitales. Después friccionamos los nudillos de ambas manos sin
olvidar los dedos pulgares. Y para finalizar, las yemas de las dedos.
La técnicas con agua y jabón es la misma, teniendo en cuenta
que el tiempo que debemos utilizar esta en torno a 1 minuto. Además debemos
asegurarnos de secarnos correctamente las manos debido a que la humedad
favorece la aparición de microorganismos.
¿Cuándo debemos realizar la higiene de manos? Existen 5
momentos en los que se debe realizar el lavado de manos:
- Al entrar en contacto con el paciente.
- Antes de realizar cualquier procedimiento invasiva al paciente.
- Después del contacto con fluidos corporales del paciente.
- Después del contacto con el entorno del paciente.
- Al finalizar el contacto con el paciente, en este caso al salir del box.
Entre paciente y paciente también debe realizarse la higienización
de las manos y el cambio de guantes.
Un estudio realizado en octubre de 2009, en el Hospital
Universitario Marqués de Valdecilla en Santander muestra que existen gran
cantidad de momentos en los que el lavado de manos sería recomendable, pero en
aproximadamente el 35% de estos casos en cuando realmente se realiza la higienización
correspondiente.
También, en el estudio, se habla de la importancia de la
buena realización de la técnica. En muy poco porcentaje se realiza de forma
correcta. Para que esto cambie se realiza un periodo de formación en un grupo
de profesionales y se observa la diferencia entre el grupo que ha recibido la formación
y el grupo que no. Los resultados muestran que efectivamente, la formación recibida
ayuda a que la técnica sea más eficaz que la técnica realizada por profesionales
sin formación en la higiene de manos.
El estudio detecta una mala técnica en un porcentaje elevado
de profesionales, pero no identifica cuál es el error concreto en la técnica.
Posiblemente los resultados de este estudio sean pequeños
para poder extrapolarlo a la población en general pero nos dan una idea del
porcentaje de lavado de manos y de la buena o mala técnica de esta higiene.
La importancia de la instrucción en el lavado de manos a los
profesionales es latente al igual que actualizarse en las últimas
recomendaciones para favorecer la seguridad del paciente y de los
profesionales.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)